Libro de otras Oraciones:
Salmo al Espíritu Santo Ven, Espíritu Santo,
amigo entrañable,
persona viva y siempre disponible.
Sin tu dulce ayuda
no podemos decir ni «Jesús es el Señor».
Ven, protector en todo momento,
salvación que se hace patente.
Sana nuestros corazones destrozados
por el desamor y el pecado.
Sana las heridas
que nos deja la vida.
Enséñanos a vivir
desde la entrega generosa
de la propia vida.
Aconséjanos en todos los proyectos,
pues no queremos hacer nada
sin contar contigo.
Compañero del alma,
fortalece nuestros pasos vacilantes,
ilumina nuestra oscuridad,
consuela nuestras tristezas,
ya que Tú eres el Señor y dador de vida.
Ven a nuestra cabana
y comparte con nosotros
el deseo de tener los mismos sentimientos
del corazón del Redentor.
Ven ahora y por siempre
para, como llama mansa y humilde,
caldear nuestras frialdades.
Amén.