Después de haberte examinado en la presencia de Dios y una vez arrodillado en el
confesionario dirás:
1. Ave María Purísima. (En algunos lugares se añade: Bendígame, Padre, porque he pecado.)
Te santiguas.
2. A continuación puedes decir las palabras que le dijo San Pedro a Jesús: �Señor, Tú lo sabes
todo, Tú sabes que te amo�.
3. Luego debes decir el tiempo que hace que no te confiesas, y, a continuación, todos los
pecados que hayas recordado en el examen de conciencia. Procura que tu confesión sea clara,
breve, completa y muy sincera. Jamás calles algún pecado por vergüenza o por temor: debes
confiar siempre en la misericordia de Dios, que es tu Padre y te quiere perdonar.
4. El sacerdote te dará luego algunos consejos que te ayudarán a ser mejor y te impondrá la
penitencia. Antes de recibir la absolución puedes manifestar tu arrepentimiento con algunas
palabras de contrición (por ejemplo: �Señor Jesús, Hijo de Dios, ten misericordia de mí que soy
pecador�).
5. Luego, escucha con atención y arrepentimiento las palabras de la absolución del sacerdote,
contestando al final: �Amén�.
6. Después de confesar debes cumplir la penitencia que te haya impuesto el sacerdote. Es
conveniente que lo hagas lo antes posible especialmente si debes rezar algunas oraciones
para evitar que se te olvide.
ORACIÓN PARA DESPUÉS DE HABER CONFESADO
Después de haberte confesado no dejes nunca de darle gracias al Señor por haberte
perdonado de nuevo. Es un detalle de cariño de un buen hijo para con su Padre.
Te doy gracias, Dios mío, por haberme perdonado mis pecados y recibido de nuevo en tu
amistad. Te pido, por los méritos de tu Hijo Jesucristo y de su Madre Santísima, la Virgen María
y de todos los Santos, suplas con tu piedad y misericordia cuanto por mi miseria haya faltado a
esta confesión de suficiente contrición, pureza e integridad. Por el mismo Jesucristo Nuestro
Señor. Amén.