Oh Nuestra Señora del Sagrado Corazón, el más amable y compasivo de los
corazones después del de Jesús, Trono de las misericordias divinas en favor de los pecadores;
yo, reconociéndome sumamente necesitado, acudo a Vos a quien el Señor ha puesto todo el
tesoro de sus bondades con plenísima seguridad de ser por Vos socorrido. Vos sois mi refugio,
mi amparo, mi esperanza; por esto os digo y os diré en todos mis apuros y peligros:
Nuestra Señora del Sagrado Corazón, sed mi apoyo y consuelo
Cuando la enfermedad me aflija, o me oprima la tristeza, o la espina de la tribulación
llegue a mi alma,
Nuestra Señora del Sagrado Corazón, sed mi apoyo y consuelo
Cuando el mundo, el demonio y mis propias pasiones unidas para que me aparte de
Dios me persigan con sus tentaciones y quieran hacerme perder el tesoro de la divina gracia,
Nuestra Señora del Sagrado Corazón, sed mi apoyo y consuelo
En la hora de mi muerte, en aquel momento de que depende mi eternidad, libra mi
alma de la angustia y ahuyenta el acoso de mis enemigos, que me invitan a la tristeza y la
desesperación
Nuestra Señora del Sagrado Corazón, sed mi apoyo y consuelo
Y cuando mi alma se presente ante el tribunal de Jesucristo para rendirle cuenta de
toda su vida, venid Vos a defenderla y a ampararla, y entonces; ahora y siempre,
Nuestra Señora del Sagrado Corazón, sed mi apoyo y consuelo
Estas gracias espero alcanzar de Vos, junto con la especial que os solicito en esta
novena Oh Nuestra Señora del Sagrado Corazón, patrona de causas imposibles o difíciles de
conseguir, a fin de que pueda verte y gozar de Dios en Vuestra compañía por toda la eternidad
en el cielo. Amén.
Padrenuestro, Ave María y Gloria