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······· Pide Oraciones ·······

Libro de otras Oraciones:
OFRECIMIENTO DE OBRAS DEL APOSTOLADO DE LA ORACIÓN

Señor mío y Dios mío Jesucristo,
por el Corazón Inmaculado de María,
me consagro a tu corazón,
y me ofrezco contigo al Padre en tu santo sacrificio del altar,
con mi oración y mi trabajo,
sufrimientos y alegrías de hoy,
en reparación por nuestros pecados
y para que venga a nosotros tu reino.
Os lo ofrezco todo en especial
por las intenciones del Apostolado de la Oración en este mes.




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Libro de otras Oraciones:
OFRECIMIENTO DE OBRAS

Dios mío yo os doy gracias por haberme creado y redimido por la Preciosa Sangre de
Nuestro Señor Jesucristo. Por haberme hecho cristiano y haberme conservado la vida hasta
hoy. De un modo especial os agradezco haberme sacado de esta noche y haberme dejado ver
la luz de este día.

En el día de hoy os consagro mis pensamientos, palabras, obras, deseos, todo mi ser.
¿Qué me sucederá, hoy, Dios mío?…no lo sé. Lo único que sé es que acepto con inmenso
amor cuanto Vos queráis enviarme: tristezas o alegrías, salud o enfermedad, decepciones.

Uno este sacrificio al de Jesucristo mi salvador y os ruego en su nombre que concedáis
ABUNDANTES GRACIAS para cumplirlo.




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Libro de otras Oraciones:
NOVENA A NUESTRA SEÑORA DEL SAGRADO CORAZÓN

Oh Nuestra Señora del Sagrado Corazón, el más amable y compasivo de los
corazones después del de Jesús, Trono de las misericordias divinas en favor de los pecadores;
yo, reconociéndome sumamente necesitado, acudo a Vos a quien el Señor ha puesto todo el
tesoro de sus bondades con plenísima seguridad de ser por Vos socorrido. Vos sois mi refugio,
mi amparo, mi esperanza; por esto os digo y os diré en todos mis apuros y peligros:

Nuestra Señora del Sagrado Corazón, sed mi apoyo y consuelo

Cuando la enfermedad me aflija, o me oprima la tristeza, o la espina de la tribulación
llegue a mi alma,

Nuestra Señora del Sagrado Corazón, sed mi apoyo y consuelo

Cuando el mundo, el demonio y mis propias pasiones unidas para que me aparte de
Dios me persigan con sus tentaciones y quieran hacerme perder el tesoro de la divina gracia,

Nuestra Señora del Sagrado Corazón, sed mi apoyo y consuelo

En la hora de mi muerte, en aquel momento de que depende mi eternidad, libra mi
alma de la angustia y ahuyenta el acoso de mis enemigos, que me invitan a la tristeza y la
desesperación

Nuestra Señora del Sagrado Corazón, sed mi apoyo y consuelo

Y cuando mi alma se presente ante el tribunal de Jesucristo para rendirle cuenta de
toda su vida, venid Vos a defenderla y a ampararla, y entonces; ahora y siempre,

Nuestra Señora del Sagrado Corazón, sed mi apoyo y consuelo

Estas gracias espero alcanzar de Vos, junto con la especial que os solicito en esta
novena Oh Nuestra Señora del Sagrado Corazón, patrona de causas imposibles o difíciles de
conseguir, a fin de que pueda verte y gozar de Dios en Vuestra compañía por toda la eternidad
en el cielo. Amén.

Padrenuestro, Ave María y Gloria




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Libro de otras Oraciones:
NOVENA A NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED

Virgen y Señora nuestra de la Merced, a ti suplicamos que, mediante tu maternal
intercesión ante tu Hijo Jesucristo, nos alcances la gracia de vernos libres de las angustias y
sufrimientos humanos, tan frecuentes en este mundo que vivimos; y concedas consuelo
abundante para todos los que viven afligidos y en la opresión o marginación.

Te rogamos también, tú que eres liberadora de cautivos, nos alcances la verdadera
libertad de los hijos de Dios y nos hagas libres de cualquier esclavitud, de modo que
experimentemos en nosotros la alegría de la salvación. Amén.

(aquí se pide la gracia espiritual o temporal que se desea).

Padre nuestro, Avemaría y Gloria.




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Libro de otras Oraciones:
NOVENA A NUESTRA SEÑORA DEL PERPETUO SOCORRO

¡Santísima Virgen María, que para inspirarme confianza habéis querido llamarte Madre
del Perpetuo Socorro! yo te suplico me socorráis en todo tiempo y en todo lugar: en mis
tentaciones, después de mis caídas, en mis dificultades, en todas las miserias de la vida y,
sobre todo, en el trance de la muerte.

Concedéme, ¡OH amorosa Madre!, el pensamiento y la costumbre de recurrir siempre
a Ti; porque estoy cierto de que, si soy fiel en invocarte, Ti seréis fiel en socorrerme.

Alánzame, pues, la gracia que te solicito en esta novena (dígase) y la de acudir a Ti sin
cesar con la confianza de un hijo, a fin de que obtenga tu perpetuo socorro y la perseverancia
final. Bendíceme y ruega por mí ahora y en la hora de mi muerte. Así sea.

Padre Nuestro, Ave María, Gloria

¡Oh Madre del Perpetuo Socorro! Ruega a Jesús por mí, y salvadme.




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