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······· Pide Oraciones ·······

Libro de otras Oraciones:
La hora del espíritu

A nuestros corazones
la hora del Espíritu ha llegado,
la hora de los dones
y del apostolado:
lenguas de fuego y viento huracanado.
Oh Espíritu, desciende;
orando está la Iglesia que te espera;
visítanos y enciende
como la vez primera,
los corazones en la misma hoguera.
La fuerza y el consuelo, el río de la gracia
y de la vida derrama desde el cielo;
la tierra envejecida renovará su faz reverdecida.
Gloria a Dios, uno y trino:
al Padre creador, al Hijo amado,
y Espíritu divino
que nos ha regalado,
alabanza y honor le sea dado.

Amén.




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Pido oraciones para:
JOSEFINA MAIGUALIDA GRATEROL BOLIVAR

PIDO POR LA SALVACION DE LA HUMANIDAD QUIERO LOGRAR MI
CASA, QUE EL EMPLEO SEA ESTABLE, QUE EL PAIS SE CALME,
QUE MI SEÑOR JESUCRISTO NOS CUBRA CON SU SANGRE PARA MIS HIJOS ,A MI, A MI PAIS, Y TODA MI FAMILIA AMEN




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Libro de otras Oraciones:
Cántico de María (Magníficat)

Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.
El hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia, como lo había prometido a nuestros padres, en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre.




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Libro de otras Oraciones:
Salmo 50 (Miserere)

Ten piedad de mí, oh Dios, según tu misericordia:
Y según la muchedumbre de tus piedades, borra mi iniquidad.
Lávame todavía más de mi iniquidad, y límpiame de mi pecado.
Porque yo reconozco mi maldad, y delante de mí tengo siempre mi pecado.
Contra ti solo he pecado; y he cometido la maldad delante de tus ojos a fin de que perdonándome, aparezcas justo en cuanto hables, y quedes victorioso en los juicios que de ti se forme.
Mira, pues, que fui concebido en iniquidad, y que mi madre me concibió en pecado.
Y mira que tú amas la verdad: tú me revelaste los secretos y recónditos misterios de tu sabiduría.
Me rociarás, Señor, con el hisopo, y seré purificado: me lavarás, y quedaré más blanco que la nieve.
Infundirás en mi oído palabras de gozo, y de alegría; con lo que se recrearán mis huesos quebrantados.
Aparta tu rostro de mis pecados, y borra todas mis iniquidades.
Crea en mí, oh Dios, un corazón puro, y renueva en mis entrañas el espíritu de rectitud.
No me arrojes de tu presencia, y no retires de mí tu santo Espíritu.
Restitúyeme la alegría de tu Salvador; y fortaléceme con un espiritu generoso.
Yo enseñaré tus caminos a los malos, y se convertirán a ti los impios.
Líbrame de la sangre, oh Dios, Dios salvador mío, y ensalzará mi lengua tu justicia.
Oh Señor, tú abrirás mis labios; y publicará mi boca tus alabanzas.
Que si tú quisieras sacrificios, ciertamente te los ofreciera; mas tú no te complaces sólo con holocaustos.
El espíritu compungido es el sacrificio más grato para Dios: no despreciarás, oh Dios mío, el corazón contrito y humillado.
Señor, por tu buena voluntad sé benino para con Sión, a fin de que estén firmes los muros de Jerusalén.
Entonces aceptarás el sacrificio de justicia, las ofrendas, y los holocaustos; entonces serán colocados sobre tu altar becerros para el sacrificio.




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Libro de otras Oraciones:
Alumbrad Señor

Alumbrad, Señor, con los rayos de vuestra lumbre y claridad eterna las tinieblas de mi entendimiento, para que pueda con claridad y certidumbre escoger a Vos sólo por bien eterno mío, y olvide y tenga en poco todas esotras cosas, pues son sombras falsas y apariencias engañosas; y conociéndoos, haced, Señor y mi Dios, que mi corazón y toda mi voluntad se encienda en amor vuestro y deseo vuestro, para que a Vos sólo ame, a Vos sólo quiera, a Vos sólo me arrime, en Vos sólo ponga mis ojos, y para siempre no consintáis que sea apartado de amaros. Y porque la flaqueza de estos cuerpos estorba a que esto no se haga tan libremente como es razón, esforzad, Señor, con vuestra fuerza la flaqueza de mi cuerpo, la bajeza de mi sensualidad y habilidad, para que todo lo que hay en mí os contente y agrade y os entienda, ame y sirva.




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