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······· Pide Oraciones ·······

Libro de otras Oraciones:
UNA MUERTE SANTA (RECOMENDACIÓN DEL ALMA)

Lo más importante de esta vida es morir santamente, en gracia de Dios. El mayor daño
que se puede hacer a un cristiano enfermo es privarle de recibir los Sacramentos o no avisarle
para que los reciba. El verdadero amor a nuestros familiares y amigos es ayudarles avisando a
un sacerdote cuando el enfermo está todavía en pleno conocimiento, para que pueda recibir los
Sacramentos con más fruto: ellos le darán una gran paz y serenidad en aquella hora del
tránsito a la otra vida. Si ves un moribundo y no puedes recurrir a un sacerdote porque urge el
tiempo, recítale despacio al oído el Acto de contrición.

Es muy oportuno practicar durante la vida los �Nueve primeros viernes de mes�, que
tienen la promesa de Jesucristo de asegurar la salvación eterna. Lleva el escapulario de la
Virgen sobre tu pecho -de paño o la medalla- escapulario que lleva a un lado una imagen de la
Virgen y a otro el Corazón de Jesús. La medalla Milagrosa de la Virgen sirve de escapulario.
Ella prometió que no se condenaría el que lo llevara con devoción.

RECOMENDACIÓN DEL ALMA.
JACULATORIAS PARA AYUDAR A BIEN MORIR

Recita en voz alta, para que el enfermo te pueda oír bien, las siguientes jaculatorias:

Creo en un solo Dios Todopoderoso, en tres Personas iguales y distintas, Padre,
Hijo y Espíritu Santo.

Creo todas las verdades enseñadas por la Santa Madre Iglesia. Creo en Dios,
espero en Dios, amo a Dios.

Dios mío, por tu infinita misericordia, ten piedad de mí, que he sido un pobre
pecador.

Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío. Jesús mío, misericordia.

Ángeles y santos del cielo, rogad por mí. Jesús, José y María, asistidme en mi
última agonía.

Abogada y refugio de los pecadores, asísteme en la hora de la muerte y ábreme
las puertas del cielo.




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Libro de otras Oraciones:
TRISAGIO ANGÉLICO

En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
D.-Señor, abre mis labios.
R.- Y anunciará mi boca tu alabanza.
D.-Ven, ¡OH Dios!, en mi ayuda.
R.-Apresúrate, Señor, a socorrerme.
D.-Gloria al Padre, etc.
R.- Como era en el principio, etc.

PRIMERA DECENA

Cuando el rezo de la decena se hace en común, se procede del siguiente modo: en
primer lugar, dicen todos la deprecación “Santo Dios”; después, como de costumbre, alternan
la oración dominical el sacerdote (o el que dirige el rezo las oraciones) y los demás; a
continuación, se repiten nueve veces los versos siguientes, diciendo el sacerdote (o el que
dirige el rezo de las oraciones) A Ti la alabanza.. y respondiendo todos: Santo…; al terminar se
añade el Gloria al Padre….

Santo Dios, Santo Fuerte, Santo inmortal, ten misericordia de nosotros Padre nuestro…

D.-A Ti la alabanza, a Ti la gloria, a Ti hemos de dar gracias por los siglos de los
siglos, ¡OH Trinidad Beatísima!

R.-.Santo, Santo, Santo Señor Dios de los ejércitos. Llenos están los cielos y la tierra
de tu gloria.

D.-Gloria al Padre, etc.

R.-Como era en el principio etc.

Las otras dos decenas se dicen del mismo modo, comenzando por las palabras Santo
Dios, etc .Al terminar la última decena, si se reza en común, todos dicen la siguiente:

ANTÍFONA

A ti Dios Padre no engendrado, a Ti Hijo unigénito, a Ti Espíritu Santo Paráclito, santa
e indivisa Trinidad, con todas las fuerzas de nuestro corazón y de nuestra voz, te reconocemos,
alabamos y bendecimos: gloria a Ti por los siglos de los siglos.

D.-Bendigamos al Padre, y al Hijo, con el Espíritu Santo.

R.-Alabémosle y ensalcémosle por todos los siglos.

D.-Omnipotente y sempiterno Dios, que en la confesión de la fe verdadera has
concedido a tus siervos reconocer la gloria de la Trinidad Eterna y adorar la Unidad en el
Poderío de la majestad: te pedimos que, por la firmeza de nuestra fe, nos veamos siempre
libres de toda adversidad. Por Cristo Nuestro Señor.

R.- Amén

Terminada la oración todos dicen.

¡LÍBRANOS, SÁLVANOS Y VIVIFÍCANOS O TRINIDAD BEATÍSIMA!




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Libro de otras Oraciones:
TRIDUO O NOVENA BREVE A UN SANTO O SANTA

Por la señal de la santa Cruz…

Para que nuestra oración sea más eficaz delante de Dios nuestro Señor, y pueda el
glorioso san (o santa) N. interponer su valiosa intercesión ante su Divina Majestad, pidamos
humildemente perdón de nuestras faltas y pecados haciendo con todo fervor un Acto de
contrición.

ORACIÓN PREPARATORIA

Glorioso(a) san(ta) N, a vos acudimos, llenos de confianza en vuestra intercesión. Nos
sentimos atraídos a ti con una especial devoción, y sabemos que nuestras súplicas serán más
agradables a Dios nuestro Señor, si tú, que tan amado (a), eres de Él, se las presentas. Tu
caridad, reflejo admirable de la de Dios, te inclina a socorrer toda miseria, a consolar toda pena
y a complacer todo deseo y necesidad, si ello ha de ser provechoso para nuestra alma. Mira,
pues, nuestras miserias y penas, nuestros trabajos y necesidades, nuestros buenos deseos, y
alcánzanos que aseguremos cada día más nuestra eterna salvación con la práctica de las
buenas obras y la imitación de vuestras virtudes. Y, en particular, te pedimos que nos alcances
de Dios la gracia especial que, por esta devota novena(triduo), esperamos confiadamente
conseguir. Amén.

SÚPLICAS A LA SANTÍSIMA TRINIDAD

Padre Eterno, que quisiste manifestar tu omnipotencia en los Santos por sus prodigios
y virtudes y por su fortaleza en el empleo de su vida en vuestro servicio: haz que nosotros
sepamos vencer con constancia todas las tentaciones y que nunca, durante nuestra vida, nos
aleje de Ti el pecado. Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Hijo Unigénito, que quisiste manifestar tu sabiduría infinita en los Santos,
comunicándoles tus inspiraciones y tu luz, haz que nosotros, con tu gracia y auxilio,
practiquemos todas las virtudes y crezcamos cada día en santidad y perfección. Padrenuestro,
Avemaría y Gloria.

Espíritu Santo, que quisiste manifestar la unción de vuestro amor en los Santos,
derramando sobre su alma vuestros dones y vuestros frutos, haz que sepamos amarte, sobre
todas las cosas, y al prójimo como a nosotros mismos, sin faltar jamás por nada a la caridad.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

V. Ruega por nosotros san (o santa) N.
R. Para que seamos dignos de las promesas de Jesucristo.
ORACIÓN FINAL

OREMOS. Te suplicamos, Señor Dios nuestro, que por la intercesión de san (o santa)
N., cuyas virtudes veneramos aquí en la tierra, seamos dignos un día de ser contados, juntos
con él (o ella), entre los Santos del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.




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Libro de otras Oraciones:
TOMAD SEÑOR

Tomad, Señor y recibid
toda mi libertad;
mi memoria, mi entendimiento
y toda mi voluntad;
todo mi haber y mi poseer.
Vos me lo disteis y a Vos,
Señor, lo torno,
todo es vuestro
disponed de ello conforme
a vuestra Divina Voluntad.
Dadme vuestro Amor y Gracia
que eso me basta.




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Libro de otras Oraciones:
TE DEUM (Himno de Acción de Gracias)

A Ti, OH Dios, te alabamos
A Ti, Señor, te reconocemos
A Ti, Eterno Padre, te venera toda la creación.
Los querubines y serafines te cantan sin cesar:
Santo, Santo, Santo es el Señor Dios del Universo.
Los cielos y la tierra están llenos de la majestad de tu gloria.
A Ti te ensalza el glorioso coro de los apóstoles,
la multitud admirable de los profetas,
el blanco ejército de los mártires.
A ti la Iglesia Santa extendida por toda la tierra, te proclama:
Padre de Inmensa majestad,
Hijo Único y verdadero, digno de adoración,
Espíritu Santo Paráclito.
Tú eres el Rey de la gloria, Cristo.
Tú eres el Hijo único del Padre.
Tú, para liberar al hombre,
aceptaste la condición humana, sin desdeñar el seno de la Virgen.
Tú, rotas las cadenas de la muerte, abriste a los creyentes el Reino del Cielo.
Tú te sientas a la derecha de Dios en la gloria del Padre.
Creemos que un día has de venir como juez.
Te rogamos, pues, que vengas en ayuda de tus siervos,
a quienes redimiste con tu preciosa sangre.
Haz que en la gloria eterna nos asociemos a tus santos.
Salva a tu pueblo, Señor, y bendice tu heredad.
Sé su Pastor y ensálzalo eternamente.
Día tras día te bendecimos y alabamos tu Nombre para siempre,
por eternidad de eternidades.
Dígnate, Señor, en este día guardarnos del pecado.
Ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad de nosotros.
Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de Ti.
En Ti, Señor, confié, no me vea defraudado para siempre.




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