Feliz el que se ocupa del débil y del pobre:
el Señor lo librará en el momento del peligro.
41:3 El Señor lo protegerá y le dará larga vida,
lo hará dichoso en la tierra
y no lo entregará a la avidez de sus enemigos.
41:4 El Señor lo sostendrá en su lecho de dolor
y le devolverá la salud.
41:5 Yo dije: “Ten piedad de mí, Señor,
sáname, porque pequé contra ti”.
41:6 Mis enemigos sólo me auguran desgracias:
“¿Cuándo se morirá y desaparecerá su nombre?”
41:7 Si alguien me visita, habla con falsedad,
recoge malas noticias y las divulga al salir.
41:8 Mis adversarios se juntan
para murmurar contra mí,
y me culpan de los males que padezco, diciendo:
41:9 “Una enfermedad incurable ha caído sobre él;
ese que está postrado no volverá a levantarse”.
41:10 Hasta mi amigo más íntimo, en quien yo confiaba,
el que comió mi pan, se puso contra mí. Pero tú, Señor, ten piedad de mí;
levántame y les daré su merecido.
41:12 En esto reconozco que tú me amas,
en que mi enemigo no canta victoria sobre mí.
41:13 Tú me sostuviste a causa de mi integridad,
y me mantienes para siempre en tu presencia.
* * *
41:14 ¡Bendito sea el Señor, el Dios de Israel,
desde siempre y para siempre!
¡Amén! ¡Amén!
A ti, Señor, elevo mi alma,
25:2 Dios mío, yo pongo en ti mi confianza;
¡que no tenga que avergonzarme
ni se rían de mí mis enemigos!
25:3 Ninguno de los que esperan en ti
tendrá que avergonzarse:
se avergonzarán los que traicionan en vano.
Apelación a la bondad divina
25:4 Muéstrame, Señor, tus caminos,
enséñame tus senderos.
25:5 Guíame por el camino de tu fidelidad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y mi salvador,
y yo espero en ti todo el día.
25:6 Acuérdate, Señor, de tu compasión y de tu amor,
porque son eternos.
25:7 No recuerdes los pecados ni las rebeldías de mi juventud:
por tu bondad, Señor, acuérdate de mi según tu fidelidad.
25:8 El Señor es bondadoso y recto:
por eso muestra el camino a los extraviados;
25:9 él guía a los humildes para que obren rectamente
y enseña su camino a los pobres.
25:10 Todos los senderos del Señor son amor y fidelidad,
para los que observan los preceptos de su alianza.
25:11 ¡Por el honor de tu Nombre, Señor,
perdona mi culpa, aunque es muy grande!
Reflexión sobre el temor de Dios
25:12 ¿Hay alguien que teme al Señor?
Él le indicará el camino que debe elegir:
25:13 su alma descansará feliz
y su descendencia poseerá la tierra.
25:14 El Señor da su amistad a los que lo temen
y les hace conocer su alianza.
25:15 Mis ojos están siempre fijos en el Señor,
porque él sacará mis pies de la trampa.
Insistencia en la súplica
25:16 Mírame, Señor, y ten piedad de mí,
porque estoy solo y afligido:
25:17 alivia las angustias de mi corazón,
y sácame de mis tribulaciones.
25:18 Mira mi aflicción y mis fatigas,
y perdona todos mis pecados.
25:19 Mira qué numerosos son mis enemigos
y qué violento es el odio que me tienen.
25:20 Defiende mi vida y líbrame:
que no me avergüence de haber confiado en ti;
25:21 la integridad y la rectitud me protegen,
porque yo espero en ti, Señor.
25:22 Salva, Dios mío, a Israel
de todas sus angustias.
La misericordia del Señor con sus fieles
Bendice al Señor, alma mía,
que todo mi ser bendiga a su santo Nombre;
103:2 bendice al Señor, alma mía,
y nunca olvides sus beneficios.
103:3 Él perdona todas tus culpas
y cura todas tus dolencias;
103:4 rescata tu vida del sepulcro,
te corona de amor y de ternura;
103:5 él colma tu vida de bienes,
y tu juventud se renueva como el águila.
103:6 El Señor hace obras de justicia
y otorga el derecho a los oprimidos;
103:7 él mostró sus caminos a Moisés
y sus proezas al pueblo de Israel.
La condescendencia divina hacia la debilidad humana
103:8 El Señor es bondadoso y compasivo, Santiago 5, 11
lento para enojarse y de gran misericordia;
103:9 no acusa de manera inapelable
ni guarda rencor eternamente;
103:10 no nos trata según nuestros pecados
ni nos paga conforme a nuestras culpas.
103:11 Cuanto se alza el cielo sobre la tierra,
así de inmenso es su amor por los que lo temen;
103:12 cuanto dista el oriente del occidente,
así aparta de nosotros nuestros pecados.
103:13 Como un padre cariñoso con sus hijos,
así es cariñoso el Señor con sus fieles;
103:14 él conoce de qué estamos hechos,
sabe muy bien que no somos más que polvo.
103:15 Los días del hombre son como la hierba:
él florece como las flores del campo;
103:16 las roza el viento, y ya no existen más,
ni el sitio donde estaban las verá otra vez.
103:17 Pero el amor del Señor permanece para siempre,
y su justicia llega hasta los hijos y los nietos
103:18 de los que lo temen y observan su alianza,
de los que recuerdan sus preceptos
y los cumplen.
Invitación universal a bendecir al Señor
103:19 El Señor puso su trono en el cielo,
y su realeza gobierna el universo.
103:20 ¡Bendigan al Señor, todos sus ángeles,
los fuertes guerreros que cumplen sus órdenes
apenas oyen la voz de su palabra!
103:21 ¡Bendigan al Señor, todos sus ejércitos,
sus servidores, los que cumplen su voluntad!
103:22 ¡Bendíganlo todas sus obras,
en todos los lugares donde ejerce su dominio!
¡Bendice al Señor, alma mía!
GRACIAS DIOS TODOPODEROSO. AMEN