“Dios, tú que dominas a la humanidad, tu que dominas el mundo, dame el poder necesario para dominar a (rrg), cuyo amor necesito para poder vivir y seguir siendo feliz”. Pido que quieras mucho a nuestra hija (acra) y que me des dinero, me a message con todas tus fuersas y que me seas fiel para toda la vida. Esa era la oración. Luego de realizar esto, en dos semanas comencé a ver los resultados. Ya me dejaba elegir las cosas.
Mientras más pasaba el tiempo, no solo yo elegía las cosas, sino que ella ya no opinaba algo contrario, hacía todo lo que yo deseaba, me satisfacía completamente. El efecto de la oración fue increíble.