Libro de otras Oraciones:
Oración al Arcángel Miguel Miguel es el Príncipe de los Arcángeles, su nombre es un grito de auxilio invocado para el coraje, defensa y protección divina. esta armado de escudo y espada. Proclama la unidad de Dios. El primer domingo de cada mes, a las 10 de la mañana, el Arcángel Miguel está más cercano a nosotros.
Invocación:
Miguel, que trabajas para el resplandor de la verdad, que vuestra protección permanezca conmigo, la recibiré como un privilegio, siempre respetando.
Permíteme, que camine siempre con dignidad, aparta de mí las ideas perversas, haz de mí un amigo, que sepa discernir, comprender y nunca juzgar.
Ayúdame contra mis enemigos materiales o espirituales, conscientes o inconscientes, y expúlsalos, pues la verdad es vuestro signo.
Permíteme, que mi intuición sea como tu espada para darme protección. aparta de mí a las personas que quieren inducirme a los errores.
Mi corazón esta unido al tuyo y vuestra energía. que es mi verdad. Haz de mí un mensajero fiel de la superma verdad.
¡Salve, adorado Príncipe Miguel!
Amén.
Miguel es el Príncipe de los Arcángeles, su nombre es un grito de auxilio invocado para el coraje, defensa y protección divina. esta armado de escudo y espada. Proclama la unidad de Dios. El primer domingo de cada mes, a las 10 de la mañana, el Arcángel Miguel está más cercano a nosotros.
Invocación:
Miguel, que trabajas para el resplandor de la verdad, que vuestra protección permanezca conmigo, la recibiré como un privilegio, siempre respetando.
Permíteme, que camine siempre con dignidad, aparta de mí las ideas perversas, haz de mí un amigo, que sepa discernir, comprender y nunca juzgar.
Ayúdame contra mis enemigos materiales o espirituales, conscientes o inconscientes, y expúlsalos, pues la verdad es vuestro signo.
Permíteme, que mi intuición sea como tu espada para darme protección. aparta de mí a las personas que quieren inducirme a los errores.
Mi corazón esta unido al tuyo y vuestra energía. que es mi verdad. Haz de mí un mensajero fiel de la superma verdad.
¡Salve, adorado Príncipe Miguel!
Amén.