Libro de Oraciones clásicas:
Oh, pobre Ánima Sola, Tú, solitaria alma, deprimida y desechada, la más desahuciada de todas, tú mejor que nadie sabe por lo que estoy pasando, en este momento planto mi fe en ti, ayúdame a no estar como tú. Obliga a “daniel e compean nombre de tu pareja” a venir arrodillado ante míPDJEA, entra en su mente y no permitas que salga de ella, para que no tenga paz, ni comiendo, ni durmiendo, ni bebiendo, que se sienta vacío lejos de míPDJEA. Ánima Sola, en ti confío, como mi protectora te invoco, amarra a “daniel e compeannombre de tu pareja”, tranquilízalo, amánsalo, hazle destacar mis encantos, muéstrale que sin mí no podrá vivir en paz. “daniel ecompean Nombre de la pareja”, Yo te conjuro, tu no podrás tener placer en este mundo, si no es con la mujer que estás tratando, esa mujer protegida por Jesucristo. Ánima Sola, las dos desamparadas estamos, entre las dos nos acompañamos. Escucha mis plegarias, tú más que nadie ha de comprender que mi única salida se halla en ti, no puedes desampararme en este momento. Si se acerca a mí hecho una fiera, se amansará y tranquilizará, si osa traicionarme, que el alma destruya sus fuerzas y ate sus manos. Así será, así lo proclamo. Amén. Oh, pobre Ánima Sola,
Tú, solitaria alma,
deprimida y desechada,
la más desahuciada de todas,
tú mejor que nadie sabe por lo que estoy pasando,
en este momento planto mi fe en ti,
ayúdame a no estar como tú.
Obliga a “daniel e compean nombre de tu pareja”
a venir arrodillado ante míPDJEA,
entra en su mente y no permitas que salga de ella,
para que no tenga paz,
ni comiendo, ni durmiendo, ni bebiendo,
que se sienta vacío lejos de míPDJEA.
Ánima Sola, en ti confío,
como mi protectora te invoco,
amarra a “daniel e compeannombre de tu pareja”, tranquilízalo,
amánsalo, hazle destacar mis encantos,
muéstrale que sin mí no podrá vivir en paz.
“daniel ecompean Nombre de la pareja”,
Yo te conjuro, tu no podrás tener placer en este mundo,
si no es con la mujer que estás tratando,
esa mujer protegida por Jesucristo.
Ánima Sola, las dos desamparadas estamos,
entre las dos nos acompañamos.
Escucha mis plegarias,
tú más que nadie ha de comprender
que mi única salida se halla en ti,
no puedes desampararme en este momento.
Si se acerca a mí hecho una fiera,
se amansará y tranquilizará,
si osa traicionarme,
que el alma destruya sus fuerzas
y ate sus manos.
Así será, así lo proclamo.
Amén.