Libro de otras Oraciones:
Nostalgía de Dios Mi alma languidece tras el Señor,
y le busco con lágrimas.
¿Cómo te buscaré?
Tú has sido el que me has encontrado.
Me has concedido vivir
la dulzura de tu Espíritu Santo
y mi corazón te ama.
Tú, Señor,
ves mis penas y mis lágrimas…
Si no me hubieras atraído por tu amor,
no te buscaría como te busco.
Pero tu Espíritu
me ha concedido conocerte
y mi alma se alegra
porque eres mi Dios y Señor,
y hasta con lágrimas
languidezco tras de ti.
Señor misericordioso,
Tú ves mi caída y mi dolor;
pero humildemente
imploro tu clemencia:
derrama sobre mí, pecador,
la gracia de tu Espíritu Santo.
Su recuerdo lleve a mi espíritu
a buscar de nuevo tu misericordia.
Señor, dame tu humildad,
para que no vuelva a perder tu gracia
y no tenga que lamentarme como Adán,
que lloraba por haber perdido a Dios
y con Él el Paraíso.