Libro de otras Oraciones
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Libro de otras Oraciones:
ACORDAOS A NUESTRA SEÑORA DEL SAGRADO CORAZÓN (patrona de causas difíciles y desesperadas)

Acordaos, ¡oh Nuestra Señora del Sagrado Corazón!, del inefable poder que tu Hijo
divino te ha dado sobre su Corazón adorable. Llenos de confianza en tus merecimientos,
acudimos a implorar tu protección. ¡Oh celeste Tesorera del Corazón de Jesús, de ese
Corazón que es el manantial inagotable de todas las gracias, y el que podéis abrir a tu gusto
para derramar sobre los hombres todos los tesoros de amor y de misericordia, de luz y de
salvación que encierra! Concédenos, te lo suplicamos, los favores que solicitamos.

No, no podemos recibir de Ti desaire alguno, y puesto que sois nuestra Madre, ¡OH
Nuestra Señora del Sagrado Corazón!, acoged favorablemente nuestros ruegos y dígnate
atenderlos. ¡Así sea!

¡Nuestra Señora del Sagrado Corazón: ¡Ruega por nosotros! (Repítase tres veces)




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Libro de otras Oraciones:
ACCIÓN DE GRACIAS DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Después de comulgar, procura tener unos minutos para dar gracias. Es un detalle de
respeto con Jesús continuar un ratito después de Misa dándole gracias por la Comunión
recibida. Puedes leer despacio y con atención estas oraciones.

Acto de fe.

¡Señor mío, Jesucristo!, creo que verdaderamente estás en mí con tu Cuerpo, Sangre,
Alma y Divinidad, y lo creo más firmemente que si lo viese con mis propios ojos.

Acto de adoración.

¡Oh, Jesús mío!, yo te adoro presente dentro de mí, y me uno a María Santísima, a los
Ángeles y a los Santos para adorarte como mereces.

Acto de acción de gracias.

Te doy gracias, Jesús mío, de todo corazón, porque has venido a mi alma. Virgen
Santísima, Ángel de mi guarda, ángeles y santos del cielo, dad por mí gracias a Dios.

Toma, Señor, y recibe mi libertad, mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad,
todo mi haber y mi poseer. Tú me lo diste, a Ti, Señor, lo torno. Todo es tuyo. Dispón de ello
conforme a tu voluntad. Dame tu amor y gracia, que ésta me basta.

Mírame, ¡oh, mi amado y buen Jesús!, postrado en tu presencia; te ruego con el mayor
fervor imprimas en mi corazón vivos sentimientos de fe, esperanza y caridad, verdadero dolor
de mis pecados y propósito de jamás ofenderte, mientras que yo, con el mayor afecto y
compasión de que soy capaz, voy considerando tus cinco llagas, teniendo presente lo que de
Ti dijo el santo Profeta David: Han taladrado mis manos y mis pies y se pueden contar todos
mis huesos.

Alma de Cristo, santifícame, Cuerpo de Cristo, sálvame Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del costado de Cristo, lávame. Pasión de Cristo, confórtame.¡ Oh, buen Jesús!, óyeme.
Dentro de tus llagas, escóndeme. No permitas que me aparte de Ti. Del maligno enemigo,
defiéndeme. En la hora de mi muerte, llámame. Y mándame ir a Ti. Para que con tus santos te
alabe. Por los siglos de los siglos. - Amén.

ADORO TE DEVOTE

1.- Te adoro con devoción, Dios escondido, oculto verdaderamente bajo estas
apariencias. A Ti se somete mi corazón por completo, y se rinde totalmente al contemplarte.

2. Al juzgar de Ti, se equivocan la vista, el tacto, el gusto; pero basta el oído para creer
con firmeza; creo todo lo que ha dicho el Hijo de Dios: nada es más verdadero que esta
.Palabra de verdad.
3. En la Cruz se escondía sólo la Divinidad, pero aquí se esconde también la
Humanidad; sin embargo, creo y confieso ambas cosas, y pido lo que pidió aquel ladrón
arrepentido.
4. No veo las llagas como las vio Tomás pero confieso que eres mi Dios: haz que yo
crea más y más en Ti, que en Ti espere y que te ame.

5. ¡Memorial de la muerte del Señor! Pan vivo que das vida al hombre: concede a mi
alma que de Ti viva y que siempre saboree tu dulzura.
6. Señor Jesús, Pelícano bueno, límpiame a mí, inmundo, con tu Sangre, de la que una
sola gota puede liberar de todos los crímenes al mundo entero.
7. Jesús, a quien ahora veo oculto te ruego que se cumpla lo que tanto ansío: que al
mirar tu rostro cara a cara, sea yo feliz viendo tu gloria. - Amén.
Oración a San Miguel Arcángel

Reza algunas veces esta oración a San Miguel, invocando su protección para toda la
santa Iglesia. Puedes rezarla, sobre todo, al finalizarla Santa Misa.

Arcángel San Miguel, defiéndenos en la lucha; sé nuestro amparo contra la adversidad
y asechanzas del demonio: Reprímale Dios, pedimos suplicantes. Y tú, Príncipe de la milicia
celestial, arroja al infierno, con el divino poder, a Satanás y a los otros malos espíritus que
andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén.




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A NUESTRA SEÑORA DE LA SALUD Y PERPETUO SOCORRO

El enfermo, al acercarse a la Madre de N. S. Jesús, mejora su vida. Es imposible
honrar a la “Llena de Gracia”, sin procurar la amistad con N. Salvador; y llenar la vida del
querer de Dios.

La Iglesia Católica, basándose en su experiencia de siglos, reconoce a la Virgen como
SALUD DE LOS ENFERMOS.

- Es decir, que Dios le ha concedido una fuerza muy grande contra todo mal, no sólo
contra el pecado, sino para recobrar la salud corporal.
- Ella es Madre del enfermo, por voluntad de su Hijo que muere en la cruz. Todo
enfermo que acude a María realiza el proyecto de Dios: “HACED LO QUE ÉL os DIGA”.
SALUD DE LOS ENFERMOS:
porque ofrece serenidad a cuanto sucede; pone orden; da confianza; enseña a saber
esperar y sobre todo a aceptar lo que Dios quiere: es el HÁGASE EN MI, SEGÚN TU
PALABRA”.




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