Libro de otras Oraciones
······· Pide Oraciones ·······

Libro de otras Oraciones:
Himno Adóro te devote

Te adoro con devoción, Dios escondido, oculto verdaderamente bajo estas apariencias. A ti se somete mi corazón por completo, y se rinde totalmente al contemplarte.
Al juzgar de ti se equivocan la vista, el tacto, el gusto, pero basta con el oído para creer con firmeza; creo todo lo que ha dicho el Hijo de Dios; nada es más verdadero que esta palabra de verdad.
En la cruz se escondía sólo la divinidad, pero aquí también se esconde la humanidad; creo y confieso ambas cosas, y pido lo que pidió el ladrón arrepentido.
No veo las llagas como las vio Tomás, pero confieso que eres mi Dios; haz que yo crea más y más en ti, que en ti espere, que te ame.
¡Oh memorial de la muerte del Señor! Pan vivo que da la vida al hombre; concédele a mi alma que de ti viva, y que siempre saboree tu dulzura.
Señor Jesús, bondadoso pelícano, límpiame, a mí, inmundo, con tu sangre, de la que una sola gota puede liberar de todos los crímenes al mundo entero.
Jesús, a quien ahora veo escondido, te ruego que se cumpla lo que tanto ansío: que al mirar tu rostro ya no oculto, sea yo feliz viendo tu gloria. Amén.




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Libro de otras Oraciones:
Corona Al Espíritu Santo

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Por ser Vos tan bueno me duelo, Dios mío, de haber pecado contra Vos, y prometo con vuestra gracia no ofenderos más en adelante.
A continuación se reza el himno Veni, Creator.
Primer misterio: Jesús fue concebido de la Virgen María por obra y gracia del Espíritu Santo.

Meditación. Afectos. Padrenuestro, Avemaria y Siete Glorias.
Segundo misterio: El Espíritu del Señor se posó sobre Jesús.
Meditación. Afectos. Padrenuestro, Avemaria y Siete Glorias.
Tercer misterio: Jesús fue conducido por el Espíritu Santo al desierto.
Meditación. Afectos. Padrenuestro, Avemaria y Siete Glorias.
Cuarto misterio: El Espíritu Santo en la Iglesia.

Meditación. Afectos. Padrenuestro, Avemaria y Siete Glorias.
Quinto misterio: El Espíritu Santo en el alma del Justo. Meditación. Afectos.
Padrenuestro, Avemaria y Siete Glorias.

Se termina rezando un Credo.




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Libro de otras Oraciones:
Ven a esta sociedad

Ven, oh Espíritu vivificante, sobre esta pobre
sociedad y renueva la faz de la tierra.
Preside sus nuevas orientaciones,
danos tu paz, aquella que el mundo no puede
dar. Asiste a tu Iglesia,
dale santos sacerdotes y fervorosos apóstoles,
solicita con suaves invitaciones a las almas
buenas, sé dulce tormento a las almas pecadoras,
consolador refrigerio a las almas afligidas,
fuerza y ayuda a las tentadas,
luz a las que están en las tinieblas y
en las sombras de la muerte.

Amén.




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Libro de otras Oraciones:
Espíritu Inmutable, Mas Siempre En Movimiento

¡Oh Espíritu Santo, Huésped divino de nuestras almas!
Tú eres el huésped más noble y más digno de todos los huéspedes.
Con la agilidad de tu bondad y de tu amor por nosotros
te diriges rápidamente hacia todas las almas dispuestas a recibirte.
¿Y quién podrá decir los maravillosos efectos que produces donde eres bien recibido?
Tú hablas sin pronunciar palabra, y tu sublime silencio es oído en todas partes.
Eres siempre inmutable y siempre en movimiento,
y en tu móvil inmutabilidad te comunicas a todos.
Estás siempre en camino, aunque sin cambiar de lugar, y todo lo penetras,
confirmas y conservas y al mismo tiempo todo lo destruyes.
Tu ciencia inmensa y penetrante todo lo conoce, todo lo entiende y todo lo penetra.
Sin escuchar nada, oyes la más imperceptible palabra pronunciada en lo más íntimo de los corazones.




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Libro de otras Oraciones:
Aficiónanos a María

(…) Ven, Espíritu Santo! Ven luz, fuego, amor, paz, unión, consuelo. Ven, dador de todo don. Y para ello, haznos dóciles como María, tu compañera inseparable. Espíritu Santo, aficiónanos mucho a María, la hija predilecta del Padre, la madre del Hijo, tu esposa virgen fecunda, la toda pura, la toda bella, la Inmaculada en quien muestras tus complacencias. Haz que, perdiéndonos en ella y llegando a sintonizar con su alma, su espíritu, su humildad, su pureza, su corazón… seamos transformados en cada una de las Tres Divinas Personas, en el mayor grado que pueda darse en esta vida, para que perfecta y plenamente sea enaltecida y glorificada la Santísima Trinidad por los siglos de los siglos.

Amén.




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