Libro de Oraciones clásicas
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Libro de Oraciones clásicas:
Ave María Ora Pro Nobis

¡Ave María! ¡Ave!
¡Ave María! ¡Ave!

Madre de la espera y mujer de la esperanza,
¡Ora pro nobis!

Madre de sonrisa y mujer de los silencios,
¡Ora pro nobis!

Madre de frontera y mujer apasionada,
¡Ora pro nobis!

Madre del descanso y mujer de los caminos,
¡Ora pro nobis!

¡Ave María! ¡Ave!
¡Ave María! ¡Ave!

Madre del respiro y mujer de los desiertos,
¡Ora pro nobis!

Madre del ocaso y mujer de los recuerdos,
¡Ora pro nobis!

Madre del presente y mujer de los retornos,
¡Ora pro nobis!

Madre del amor y mujer de la ternura,
¡Ora pro nobis!

¡Ave María! ¡Ave!
¡Ave María! ¡Ave!
¡Ave María! ¡Ave!
¡Ave María! ¡Ave!

(bis)




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Libro de Oraciones clásicas:
Yo Pecador

Yo, pecador, me confieso a Dios todopoderoso, a la bienaventurada siempre Virgen María, al bienaventurado san Miguel Arcángel, al bienaventurado san Juan Bautista, a los santos Apóstoles Pedro y Pablo, a todos los santos, y a vosotros, hermanos, que pequé gravemente con el pensamiento, palabra y obra; por mi culpa, por mi culpa, por mi gravísima culpa. Por tanto, ruego a la bienaventurada siempre Virgen María, al bienaventurado san Miguel Arcángel, al bienaventurado san Juan Bautista, a los santos Apóstoles Pedro y Pablo, a todos los santos, y a vosotros, hermanos, que roguéis por mí a Dios nuestro Señor. Amén.




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Libro de Oraciones clásicas:
Ofrecimiento a la Santisima Virgen

¡Oh Señora mía! ¡Oh Madre mía! Yo me ofrezco enteramente a ti y en prueba de mi filial afecto te consagro en este día, mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón; en una palabra, todo mi ser. Ya que soy todo tuyo Oh Madre de bondad, guardame y defiéndeme como a pertenencia y posesión tuya. Amén.




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Libro de Oraciones clásicas:
BAJO TU AMPARO

Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios, no desprecies nuestras súplicas en las necesidades, antes bien líbranos de todo peligro, oh Virgen gloriosa y bendita. Amén.




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Libro de Oraciones clásicas:
Bendita sea tu pureza

Bendita sea tu pureza
y eternamente lo sea
pues todo un Dios se recrea
en tan graciosa belleza.
A Ti, celestial princesa,
Virgen Sagrada María
Yo te ofrezco en este día
alma vida y corazón.
Mírame con compasión,




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