Libro de Oraciones clásicas
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Libro de Oraciones clásicas:
ACTO DE CONTRICCION

Señor mío, Jesucristo, Dios y hombre verdadero,
Creador, Padre, Redentor mío,
por ser vos quien sois, bondad infinita
y por que os amo sobre todas las cosas,
me pesa de todo corazón haberos ofendido,
también me pesa porque podéis castigarme con
las penas del infierno.
Animado con tu divina gracia,
propongo firmemente
nunca mas pecar, confesarme
y cumplir la penitencia que me fuera impuesta,
para el perdón de mis pecados.
Amen



Libro de Oraciones clásicas:
SALVE

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, Vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve.
A ti llamamos los desterrados hijos de Eva, a ti suspiramos,
gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas.
Ea pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos,
y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre.
¡Oh clementísima , oh piadosa, oh dulce Virgen María!
Ruega por nosotros.
Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
Amén.



Libro de Oraciones clásicas:
Ave María Ora Pro Nobis

¡Ave María! ¡Ave!
¡Ave María! ¡Ave!

Madre de la espera y mujer de la esperanza,
¡Ora pro nobis!

Madre de sonrisa y mujer de los silencios,
¡Ora pro nobis!

Madre de frontera y mujer apasionada,
¡Ora pro nobis!

Madre del descanso y mujer de los caminos,
¡Ora pro nobis!

¡Ave María! ¡Ave!
¡Ave María! ¡Ave!

Madre del respiro y mujer de los desiertos,
¡Ora pro nobis!

Madre del ocaso y mujer de los recuerdos,
¡Ora pro nobis!

Madre del presente y mujer de los retornos,
¡Ora pro nobis!

Madre del amor y mujer de la ternura,
¡Ora pro nobis!

¡Ave María! ¡Ave!
¡Ave María! ¡Ave!
¡Ave María! ¡Ave!
¡Ave María! ¡Ave!

(bis)



Libro de Oraciones clásicas:
Yo Pecador

Yo, pecador, me confieso a Dios todopoderoso, a la bienaventurada siempre Virgen María, al bienaventurado san Miguel Arcángel, al bienaventurado san Juan Bautista, a los santos Apóstoles Pedro y Pablo, a todos los santos, y a vosotros, hermanos, que pequé gravemente con el pensamiento, palabra y obra; por mi culpa, por mi culpa, por mi gravísima culpa. Por tanto, ruego a la bienaventurada siempre Virgen María, al bienaventurado san Miguel Arcángel, al bienaventurado san Juan Bautista, a los santos Apóstoles Pedro y Pablo, a todos los santos, y a vosotros, hermanos, que roguéis por mí a Dios nuestro Señor. Amén.



Libro de Oraciones clásicas:
Ofrecimiento a la Santisima Virgen

¡Oh Señora mía! ¡Oh Madre mía! Yo me ofrezco enteramente a ti y en prueba de mi filial afecto te consagro en este día, mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón; en una palabra, todo mi ser. Ya que soy todo tuyo Oh Madre de bondad, guardame y defiéndeme como a pertenencia y posesión tuya. Amén.