“Tu grandioso poder, oh, grandioso San Cipriano, apóstol de los que sufrimos por amor, que tu poder incomparable haga por mí, lo que tanto ansío hoy.
Haz en nombre de mi devoción por tu nombre, oh! Milagroso Santo mío y de los necesitados, que (HJMB) se vuelque a mí, en cuerpo y alma y que nadie esté para él/ella más que yo.
Que me necesite y vea por mis ojos y me busque en todas partes aunque sepa que no esté, que se desespere por mí BFPR, por estar a mi lado siempre y que se abrace a la esperanza de estar en mi cama, en mi mesa y en mis sueños.
Oh, poderoso apóstol, que fuiste brujo en tus milagros y santo en tu santidad, no me abandones ahora!
Necesito de tu Luz, inmaculada luz, milagrosa Luz, que vuelvas loco/a HJMB ese ser que me devora la esperanza de ser suya por siempre y para siempre.
Que se acerque hoy mismo para darme su esclavitud en sentimientos fieles y alma dulce y tierna, oh!, Señor que todo lo escuchas, no me dejes en esta instancia con esta angustia de sentirme desamparada/o sin su amor y sin su calor.
Que llegue a mis sueños y a mi realidad con promesas a cumplir y con deseos que le haré realidad. San Cipriano, escúchame, en el fragor de esta oración, va mi súplica!
Tráeme a ese ser que amo, ahora mismo tráemelo/a HJMB porque desfallezco sin su presencia, por favor, santo milagroso… escucha mi plegaria, junto a tu Justina compañera y mujer íntegra, que junto a ti acompaña tu misión tan sagrada para todos quienes te pedimos …
Oh, glorioso, escúchame!… Amén.”